Hay carreras y carreras.
Unas por las ganas que tienes de correrlas, otras por la tradición, otras por...cada uno sus razones y hay carreras que se convierten en necesidades por las circunstancias del momento.
Medina de Rioseco conjugaba varias de esas razones: una carrera con solera, en una ciudad impresionante y la necesidad de patear esos 10 km en busca de reflexiones.
Hoy me he ahorrado una sesión de diván, no ha sido una buena semana, también me lo he buscado, las "cafretadas" se pagan y mucho, por eso hoy tenía que correr; está demostrado, más que demostrado que una buena atizada libera endorfinas para la mente y el cuerpo, te saca los aturulles del cuerpo...renovación.
Ya lo dije hace un tiempo a tenor de los 101 de Ronda, en momentos de esfuerzo lo físico y lo místico se dan la mano.
La carrera de hoy, alucinante: buenos amigos, el entorno del canal de castilla y 10 km corriendo y mandando aire y abrazos a ella.
Una tarde para recordar, para venirse arriba y aprender a tener paciencia y más comprensión; y envolviendo a todo esto, ser mejor persona.
Sólo vivimos una vez, en nuestras manos está hacerlo bien o mal.
Un diván en Rioseco.
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