lunes, 11 de junio de 2012

100km de Madrid - Si se quiere se puede

Otro reto más superado.


El ultra fondo empieza a enganchar, al quedarme sin plaza para ir a Ronda este año, busqué inmediatamente por toda España una carrera de este tipo para "quitarme el mono"; Madrid y en junio eran una buena combinación.


A las 12 de la mañana del pasado sábado 9 de junio empezaba la aventura para unos 2000 corricolaris y andarines.

La carrera transcurría por Colmenar Viejo, Manzanares, Tres Cantos y San Sebastián de los Reyes; tramos urbanos que se compensaban con el paisaje que ofrecía la Cuenca Alta del Manzanares.

El recorrido, sencillo, salvo un par de pendientes muy largas que a las cinco de la tarde se hacían mucho más largas aún; el trazado pues, lo tenía todo para hacer una buena marca.

Corrí sin compañia la mayor parte del tiempo, lo que me obligó a tener que ir hablando sólo para no perder más los papeles; en los tramos urbanos es dónde había algo de gente, pero aún así.

Apenas tuve calambres, cosa que me pareció increíble; esto me ayudó a tirar para adelante un poco más rápido que en Ronda.

La barrera de los 30km la pasé sin problemas, cambio de camiseta, de calcetines, y a por el 50.

Me detuve en todos los "avituallamientos", cada 5 o 6km había uno, pero sólo daban agua, raramente daban una barrita de muesli, eran un poco escasos, la verdad, pero se compensaban con el entusiasmo que ponían los voluntarios, muy jóvenes todos, con los que te podías parar a hablar un par de minutos, porque total, no venía nadie detrás.

Lo pasé mal a partir del km 60 más o menos, me estaba quedando en la reserva, me quedaba una barrita y medio litro de agua, con eso tenía que llegar al 71, en San Sebastián de los Reyes.
Aquí me paré algo más, hice un par de llamadas de teléfono (muy necesarias), me lavé la cara, cambio de camiseta y de calcetines, y a por los 29 últimos kilómetros.

Ahora sí, completamente sólo y a oscuras; me iba cruzando con los andarines, mucho mérito el suyo, aún les quedaban 50 km, ¡qué valor y que fortaleza!
El hambre acechaba, me la jugué mucho parando en Tres Cantos a comer un bocadillo de tortilla, no sabía cómo iba a responder el estómago, pero vamos, me sentó muy muy bien.


¡Sorpresa! Las balizas del 90 al 100 no están iluminadas, pensé que me había perdido, pero los indicios de presencia humana me tranquilizaban, igual que el adivinar al fondo las luces de Colmenar Viejo.


A punto de entrar en meta, saqué la bandera de Huesca y la colgué del morral.

Una carrera un poco extraña, he mejorado mi marca, sí, pero me ha dejado unas sensaciones un poco raras.

No me ha dejado el buen sabor de boca de Ronda del año pasado.

Ni fu ni fa.











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