Ayer tendría que haber estado en San Sebastián y digo
tendría porque hace dos semanas decidí borrarme de la maratón.
Es la primera vez que me sucede algo de este estilo, tener
que plantearme seriamente si merece o no la pena ir a una prueba a “intentar”
lograr el objetivo, en este caso bajar de 2h 45´.
Voy justo de kilómetros, digamos que he empezado a “entrenar
en serio” desde el 29 de octubre, para preparar el campeonato de campo a través
en Toledo, hasta la fecha sólo había corrido las medias de Valladolid, Huesca y
un par de rodajes largos, con eso en las piernas no se puede ir a San Sebastián
a por algo serio.
Mis compañeros de fatigas me decían que fuese a disfrutar,
aunque hiciera 3 horas y algo, pero no, para ir a hacer eso prefiero quedarme
en casa.
Es un aspecto que aún no he practicado, este de ir a las
pruebas a pasarlo bien corriendo, pero los que me conocen saben que soy muy
competitivo y que no me gusta perder ni subiendo las escaleras, por lo que
hacer más de 3 horas en el maratón de San Sebastián sería un accidente,
pequeño, pero accidente.
Pensaba que la decisión
me iba a dejar un poco tocado, pero no, la verdad es que las sensaciones
son muy buenas, ¿hacía falta echar el freno de mano?, por lo visto sí, así
aprovecho y sigo enganchando entrenamientos.
El no poder ir a San Sebastián me obliga a cambiar de planes
y a poner la vista en el maratón de Barcelona, en marzo de 2012, hay tiempo más
que de sobra para ir a por las 2h 45´, repetiremos experiencia en el que para
mí es la mejor prueba de 42k que se celebra en España.
Por otra parte, el plan hasta final de año no va a cambiar
mucho, voy a ver si hay alguna media o algún 10k en el calendario para seguir
probando.
Y en navidades, lo de siempre, descanso activo.
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