lunes, 17 de octubre de 2011

III Media Maratón de Huesca - ¿Por qué?

Cuando se fracasa por segunda vez consecutiva en menos de un mes, es obligatorio echar el freno, coger papel, bolígrafo y analizar detalladamente los componentes que te han alejado del objetivo marcado.

Si, me exijo mucho, mi filosofía es "siempre ir más allá del límite teórico" y sufrir, siempre sufrir en busca de la marca deseada.

Dos medias maratones, una en Valladolid y ayer otra en Huesca, entre ellas un mes de diferencia, en las dos, el tiempo similar, 1h23´ en la primera y 1h22´largos en la segunda.

Marcas lejanas del objetivo marcado 1h18´, tiempo que conseguí el año pasado en Huesca, la que es hasta ahora mi mejor marca en la media.

La razón a este tremendo fracaso es sencilla: falta de entrenamiento, no puedo pretender picar alto con tan pocos kilómetros en las piernas, ¿lección de humildad?, ¿bajada de humos?, si y no, lo cierto es que en las dos me vacié por completo, pudiendo ser este el único aspecto positivo de las pruebas.

El resto de variables se cumplieron a rajatabla: dieta correcta, descanso suficiente y mente relajada; por mucho que aprietes los dientes, si te fallan las piernas...

Paradoja. Estoy contento, no podía ser de otra manera dentro de la bipolaridad de estas líneas. Los motivos para estarlo: esfuerzo, sufrimiento y sensación de haberlo dado en la carrera, al menos a mis monstruos de Zoiti 89 podré seguir alentando con la política del sufrimiento.

Buscar alegrías, normal, a medida que pasan los kilómetros y ves que no llegas a 1h18´hay que agarrarse a un clavo ardiendo y regalar endorfinas a la mente, que se las ha ganado.

Al mal tiempo buena cara, hay que seguir entrenando, respondiendo a los interrogantes que se me plantean en cada zancada y en cada metro de asfalto.

Nos vemos dentro de un mes en el Maratón de Donosti - San Sebastián, pero bueno, esa es otra película.

¡Aupa!


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