martes, 4 de octubre de 2011

Gestión de Emociones y entrenamiento


En los últimos años, la especialización de los grados y posgrados en materia de Gestión de Entidades Deportivas, ha experimentado un crecimiento considerable; campos que estaban llamados a necesitarse mutuamente, ya que la gestión del personal de dichas entidades tiene cualidades algo diferentes a las de los recursos humanos de otras organizaciones, era necesario, pues, la aplicación de los métodos de gestión de empresas y de RRHH en las entidades deportivas.

La Gestión Emocional, este podría ser, desde mi punto de vista, el apellido de este tipo de grados, puesto que se trata de eso, de combinar un sinfín de variables, en especial las intangibles, para la consecución de objetivos muy específicos y concretos

Estamos hablando de la consecución de metas que se llaman “décimas de segundo menos”, “metros más lejos” o “más tiros de tres puntos”, objetivos en los que el margen de fluctuación tiende a cero.
La diferencia con las metas de las entidades tipo empresa son notables, ya que las primeras buscan objetivos más globales, no así las entidades deportivas, que tratan de lograr rendimientos muy específicos y extremadamente detallados.

Menos los deportistas olímpicos, de dedicación exclusiva al deporte, los deportistas de cierto nivel compaginan su vida diaria y laboral con la deportiva, es entendible que el nivel de estrés al que están sometidos es mayor, respondiendo a la variable “factor trabajo + logro de marcas en nivel deportivo”.

Una persona normal sigue la regla de los 16/8, 16 horas de vigilia (trabajo y ocio-descanso) y 8 de descanso total, repartidos en 5 días de trabajo y 2 de asueto completo
Una persona que se dedique al deporte a un nivel medio-alto, sigue un quebrado diferente 18/6  a diario, repartidos en 5 días de trabajo y 2 de dedicación al logro de metas-competiciones-seguimiento de planes de entrenamiento; por lo general sólo existe 1 sólo día de descanso para este espectro de población.

Ahondando más, diferenciamos entre la administración de entidades de deportes colectivos (baloncesto, rugby o fútbol) y las entidades de  deportes individuales (natación, atletismo o patinaje artístico).
El salto entre unas y otras es considerable, ya que los deportes individuales requieren mucha más inversión en la variable “Tiempo x Individuo”

El conocimiento del estado emocional del deportista responde proporcionalmente a la respuesta que da en los entrenamientos propuestos y por extensión en las competiciones; desde mi experiencia como deportista, considero que esta parcela está poco trabajada, lógico por otra parte, ya que los esfuerzos de la gestión del club se vuelcan en el rendimiento técnico del personal.

De nada sirve incrementar las sesiones de entrenamiento en duración y calidad, si el estado anímico del deportista no está al 100%, variable que en la mayoría de los casos se ignora.

En mi opinión, la figura de un gestor de RRHH, experimentado en liderazgo de equipos y con ciertos conocimientos de Gestión, Psicología y/o Sociología,  se hace cada vez más necesaria en los clubes y asociaciones, integrada en el cuerpo técnico, ya no como un asesor, sino con un trabajo concreto y con implicación directa en la toma de decisiones.

La persona siempre es lo más importante, no son marcas ni tiempos, la armonía entre los factores que determinan su razón de ser son la clave para cualquier forma de éxito que se proponga tanto interna como externamente.

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