En los últimos años, la especialización de los grados y posgrados
en materia de Gestión de Entidades Deportivas, ha experimentado un crecimiento
considerable; campos que estaban llamados a necesitarse mutuamente, ya que la
gestión del personal de dichas entidades tiene cualidades algo diferentes a las
de los recursos humanos de otras organizaciones, era necesario, pues, la
aplicación de los métodos de gestión de empresas y de RRHH en las entidades
deportivas.
La Gestión Emocional, este podría ser, desde mi punto de
vista, el apellido de este tipo de grados, puesto que se trata de eso, de
combinar un sinfín de variables, en especial las intangibles, para la
consecución de objetivos muy específicos y concretos
Estamos hablando de la consecución de metas que se llaman
“décimas de segundo menos”, “metros más lejos” o “más tiros de tres puntos”,
objetivos en los que el margen de fluctuación tiende a cero.
La diferencia con las metas de las entidades tipo empresa
son notables, ya que las primeras buscan objetivos más globales, no así las
entidades deportivas, que tratan de lograr rendimientos muy específicos y extremadamente
detallados.
Menos los deportistas olímpicos, de dedicación exclusiva al
deporte, los deportistas de cierto nivel compaginan su vida diaria y laboral
con la deportiva, es entendible que el nivel de estrés al que están sometidos
es mayor, respondiendo a la variable “factor trabajo + logro de marcas en nivel
deportivo”.
Una persona normal sigue la regla de los 16/8, 16 horas de
vigilia (trabajo y ocio-descanso) y 8 de descanso total, repartidos en 5 días
de trabajo y 2 de asueto completo
Una persona que se dedique al deporte a un nivel medio-alto,
sigue un quebrado diferente 18/6 a
diario, repartidos en 5 días de trabajo y 2 de dedicación al logro de
metas-competiciones-seguimiento de planes de entrenamiento; por lo general sólo
existe 1 sólo día de descanso para este espectro de población.
Ahondando más, diferenciamos entre la administración de
entidades de deportes colectivos (baloncesto, rugby o fútbol) y las entidades
de deportes individuales (natación,
atletismo o patinaje artístico).
El salto entre unas y otras es considerable, ya que los
deportes individuales requieren mucha más inversión en la variable “Tiempo x
Individuo”
El conocimiento del estado emocional del deportista responde
proporcionalmente a la respuesta que da en los entrenamientos propuestos y por
extensión en las competiciones; desde mi experiencia como deportista, considero
que esta parcela está poco trabajada, lógico por otra parte, ya que los
esfuerzos de la gestión del club se vuelcan en el rendimiento técnico del
personal.
De nada sirve incrementar las sesiones de entrenamiento en
duración y calidad, si el estado anímico del deportista no está al 100%,
variable que en la mayoría de los casos se ignora.
En mi opinión, la figura de un gestor de RRHH, experimentado
en liderazgo de equipos y con ciertos conocimientos de Gestión, Psicología y/o
Sociología, se hace cada vez más
necesaria en los clubes y asociaciones, integrada en el cuerpo técnico, ya no
como un asesor, sino con un trabajo concreto y con implicación directa en la toma
de decisiones.
La persona siempre es lo más importante, no son marcas ni
tiempos, la armonía entre los factores que determinan su razón de ser son la
clave para cualquier forma de éxito que se proponga tanto interna como
externamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario