martes, 22 de junio de 2010

Transición


Se inaugura la temporada de verano, no sin antes dedicar unos días a la aclimatación del cuerpo y de la mente a las temperaturas y cambios que se experimentan durante los meses estivales.

Por motivos de personal y de horarios, los entrenamientos son diferentes a los del resto del año, la intensidad apenas varía, pero si se modifica la variedad de entrenamientos, teniéndose que buscar las castañas uno para poder entrenar al mismo ritmo.

La temporada de natación ya está terminando, y no me apetece nada entrenar entre el jolgorio y las risas de los usuarios de las instalaciones descubiertas, aunque será el 30 de junio cuando cierre Almeriz hasta el 1 de septiembre, por lo que algo queda.

Los entrenamientos de estas dos semanas, como digo, han consisitido sobre todo en planes de fuerza combinados con fondo largo y cuestas.

Por las mañanas, una rutina de gimnasio, y por las tardes, carrera o cuestas.
El hecho de vivir en el centro de Huesca, que es un laberinto de pendientes, es una ventaja a la que estoy sacando provecho desde hace dos semanas, el tiempo que llevo en la nueva casa.
Lo venía haciendo antes, pero con menos frecuencia.

Tiene toda la pinta que será así hasta el mes de agosto, que será cuando afloje un poco las marchas y descanse "algo", pero vaya, que ya he planeado un par de entrenamientos por montaña durante los días que esté por Asturias.
La mente está ya calentando para el mes de noviembre, la maratón de Zaragoza, y antes, para la media de Huesca.

A la vista:
-Descenso del ebro: 4 de julio.
-Travesía del pantano de Arguis: 11 de julio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario