Una máxima necesaria tanto en el deporte, como en nuestro día a día.
Este puede ser mi resumen del año 2013, la incesante búsqueda de novedades, de experiencias y de motivos para seguir llenando la biografía.
No me puse objetivos de cara a este año que ya empezamos a despedir, simplemente me propuse seguir divirtiéndome con el deporte, el punto sobre el que lleva girando mi vida durante 29 años.
Los que me conocéis y lo que estáis en ello, sabéis que lo que más me importa es que lo pasemos bien haciendo lo que nos gusta, dejando atrás cronos y clasificaciones.
Con la diversión llegan los resultados, esto lo tengo más que comprobado, es una evidencia empírica de manual.
Amo el deporte, sobretodo por las personas que me permite conocer entre los dorsales y el cloro.
Al final lo que queda en el currículo de uno son las personas, los momentos, las experiencias, las cañas, los cafés, los besos y abrazos y un largo etcétera.
No regalo palabras a nadie y lo de quedar bien se me da bastante mal, puede que no sea la manera más apropiada de andar por el siglo XXI, pero a mí me funciona.
No sé que objetivos tenéis para el año que entra, pero contad con mi apoyo y lealtad incondicionales.
Si sale, genial; si sale regular, genial y sino sale, genial.
En todos los casos habremos aprendido.
Es de lo que se trata, reinvertarse y seguir aprendiendo.
No os conforméis con nada.
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