Bajábamos "los del grupo de Huesca" a la Carrera del Ebro, con muy buenas sensaciones visto el equipo que llevábamos, y así fue, terceros en el podio y primeros en satisfacción.
Miki a la cabeza, que este año está descontrolado; Regueiro, más de lo mismo; Clemente, veneno en la piel; Orodea, que nos engaña cosa mala y yo, que tenía que vencer a la cabeza (y más cuando sopla el viento)
Recorrido conocido, 18kms, cierzo nivel huracán, picando para arriba con un tramo llano en los últimos 3.
La orden de Miki fue clara, "pégate al grupo de cabeza y no te separes" y así hice, sólo me adelantaron dos corredores, mantuve la posición apretando los dientes, corriendo más sólo que la una y con un pelotón de cadetes dispuestos a cazarme, a menos de un minuto de mí.
Pasaban los kilómetros, estábamos ya en el km15, seguía viendo a Regueiro, mi referencia, las cosas iban bastante bien; alargué un poco la zancada y pasé a uno de los corredores que me precedían, sólo quedaba aguantar la posición y confiar en que Ruiz, Clemente u Orodea viniesen no muy alejados de mí, el podio, de esa manera, estaba asegurado.
Nota mental: lo de no parar en los avituallamientos en carreras así, funciona.
Final, 1h12´, he aguantado la posición durante toda la competición, doble victoria.
Enorme actuación del equipo Oscense, quedando terceros, detrás de los cadetes de la Academia General y del equipo de Castillejos.
Por mi parte, dos conclusiones:
- Si hago caso a lo que me dice Miki me pintarán mejor las cosas en las carreras.
- Las 2h 45´en el Maratón de Barcelona las veo muy realizables.
En 13 días confirmaré ambos puntos.
¡Camina o revienta!
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