lunes, 7 de marzo de 2011

Crónica de la Marató de Barcelona - He encontrado "El muro".

Eran las 10:30 aproximadamente, dos horas justas dando guerra a las zapatillas, iba dejando la torre Agbar y DIagonal a mi espalda, pero de frente se empezaba a levantar el famoso muro de los 30km.

En Zaragoza no experimenté esa sensación de angustia y de desolación que dicen que se presenta al pasar por este punto kilométrico; ha sido en Barcelona dónde he podido sufrir y confirmar que la leyenda del muro es real.

Se presentan un montón de interrogantes al pasar la treintena, ¿qué hago aquí?, ¿esto merece la pena?, ¿por qué estoy sufriendo de esta manera?; un verdadero martirio, en el que la cabeza juega un papel clave para no rozar el fracaso absoluto.

Me costó lo suyo aguantar con la cabeza sobre los hombros durante más de media hora, pero a base de hablar sólo y de los ánimos de la gente, fui poco a poco superando cada adoquin de esa gran muralla de los 30.

Miles de recuerdos se vienen a la mente, todo vale para reventar el muro y seguir disfrutando de la carrera, una mirada al pasado basta para recoger vivencias, conversaciones, caras, que inyecten una dosis industrial de endorfinas en la mente para superar ese verdadero martirio.

Reconozco que estuve a punto a punto de abandonar, estaba solo en el Paseo Marítimo, muchos corredores empezaban a pararse y a tirarse en las aceras, un marco nada motivador para seguir dándole a la zapatilla.

¿Abandono?, ¿me retiro?, el paso del 33 al 34 fue la clave, el hecho de pararme hubiera supuesto un descalabro sobresaliente del que no me recuperaría en mucho tiempo, ¿con qué cara iba a decir a los chavales de Zoiti que tenían que esforzarse al máximo para arañar unas décimas en la piscina?, no quedaba otra que apretar los dientes y vaciarse por dentro.

Todo pasa y la meta al final llega, con los restos del muro esparcidos por el asfalto, no pudo conmigo, pese a ser un momento horrible, del que, eso sí, se sacan lecciones y beneficios que sólo los que creemos que esto no es una locura podemos llegar a comprender.

Por lo demás, bajé mi marca personal de 2h59 a 2h50, aunque mi objetivo era parar el crono en 2h48, no obstante, estoy más que satisfecho.

Os invito a que apuntéis Barcelona en vuestra agenda, el mimo con el que cuidan cada detalle invita al corredor a dejarse un poco más la piel; un 10 para todo, para la organización, para los servicios pre y post-maratón, un 10 para los Barceloneses y Barcelonesas, animando desde el km 1 hasta el km 42, un 10 para Barcelona, esta ciudad no podía defraudarme.

Ahora a descansar, sacar conclusiones y enmendar errores.



Próximas citas para terminar el semestre:

-Media Maratón de Sabiñanigo: 27 de marzo.

-Carrera del Ebro: 3 de abril.

-101 km de Ronda (Málaga): 7 de mayo.

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